5 Un Peter Pan con careta de capitán Garfio

Un Peter Pan con careta de Capitán Garfio

El jueves pasado Monedero convulsionaba el escenario político anunciando que dejaba sus cargos en Podemos, aunque sigue creyendo que sin amor no se puede hacer política: de eso iba mi anterior reflexión.

Con el movimiento Indignaos la gente volvió a recuperar la emoción por la política, aunque solo fuera por la náusea del asco y la ira ante la generalizada depredación, y los afectos, bienvenidos, entraron en el discurso del cambio, originando la experiencia fraternal del 15M; pero las imposiciones de la burocracia acabaron ahogando la espontaneidad y frescura de la inmadurez política.

Las urgencias electorales son para Juan Carlos el dogal de ese cambio que anhela con la fuerza de niño, y que tiene claro con la sabiduría de abuelo que más sabe por leído que por viejo. Y precisamente han sido las urgencias electorales, cruelmente manipuladas por los medios, las que con solo una factura de 425.000 euros han derribado la careta de Capitán Garfio que se impuso para mantener el discurso agresivo e irreverente contra la casta.

Debajo ha aparecido el verdadero Monedero, el Peter Pan amigo y tierno, que sueña con un mundo mejor; uno de los habitantes del País de Nunca Jamás, donde es posible la eterna felicidad: un niño más perdido en una política a la que le falta alegría y empatía.

Otras muchas personas, desde otras formaciones, creemos que el cambio necesario debe surgir de la mutación de las instituciones, no de su destrucción; por eso ejercemos de virus inoculando la gestión del cuidado al otro como principio político, para acabar con esa interesada visión del ciudadano como votante, que olvida su grandeza como persona.

La ira del desahuciado, la desesperación del parado, el miedo del jubilado, el asco a la corrupción o la tristeza del abandonado debe motivar la gestión pública y encender el discurso político en un movimiento que ponga fin a un decadente sistema de bipartidismo presidencial.

Aunque Monedero ha sucumbido a la vacuna de la burocratización, resistiremos hasta la victoria.