6 Se está mejor dentro de la iglesia

Mi indignación política, la de segundo nivel, surgió la primera vez que escuché la frase de «se está mejor dentro de la Iglesia que fuera», para justificar un pacto que rechazaba mi más elemental conciencia democrática.

En tiempo de pactos me vuelven a la memoria aquéllas palabras,porque los que ofrecían «pactar con la ciudadanía», ahora buscan compañeros para atravesar el umbral de la iglesia, pero no el sacro de los principios cristianos, sino el indecente de quien solo aspira a procesionar bajo palio.
Los sajones, que en esto de entender la democracia nos llevan ventaja, exigen a sus dirigentes que rindan cuentas de su gestión, que expliquen sus actos y sus gastos: es lo que llaman «accountability», y si algo no tiene justificación, dimiten, aunque solo sea por 47 euros gastados en Toblerones con la tarjeta oficial, como hizo una candidata sueca a la presidencia del gobierno; en España, quienes pactaron hasta con el diablo solo para entrar en la iglesia, ahora se olvidan de pasar por el confesionario.
Nuestros dirigentes, acostumbrados a no explicar nada, tampoco dan explicaciones públicas sobre sus políticas de pactos pasados, esos que permitieron a algunos ocupar los primeros bancos de la iglesia, mientras los otros se repartían el cepillo: pero todo pacto secreto al final permanece sin redimir.
La decencia política, esa tan ausente en la práctica, debería imponer los pactos «para» la ciudadanía, pero ya hemos perdido el candor de la inocencia, y ahora sabemos que después de los votos, lo que se recuentan son los asientos.
Si no somos capaces de mantener esos mínimos estándares de decencia política, que es obvio que no lo somos, solo cabe modificar el sistema que permite los pactos de conveniencia, haciendo que sea la lista más votada la que gobierne.
Liberados del yugo de la investidura, quienes han recibido el apoyo mayoritario de la ciudadanía tienen la libertad de buscar apoyos puntuales, dentro o fuera de la iglesia, para poder cumplir, los unos y los otros, sus compromisos electorales.